Publicada el 16/11/2015
Los consorcios de residuos todavía se están constituyendo mientras algunas plantas soportan excesos de basura por la falta de instalaciones
El futuro de la basura en la Comunitat sigue en el aire. Si la Conselleria de Medio Ambiente cumple sus planes, debe negociar con los municipios la ubicación y tamaño de los cuatro vertederos que considera de mayor urgencia: dos para Alicante y otros dos en la provincia de Valencia. 'La zona más problemática es la Vega Baja, donde se generan 240.000 toneladas de residuos al año. Allí se necesitan una o dos plantas del nuevo modelo, capaz de acoger entre 50.000 o 60.000 toneladas al año', admiten desde el departamento autonómico. La preocupación también existe en la zona B-5, donde está previsto el macrovertedero de Llanera de Ranes, todavía pendiente de un estudio medioambiental y cuestionado por la plataforma contra el proyecto y por el propio ayuntamiento de la población. Según los cálculos de Medio Ambiente, para esta zona hacen falta «dos vertederos de unas 50.000 toneladas en lugar del proyectado macrovertedero». El secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, desconocía ayer cuál va a ser la ubicación definitiva de estas dos plantas, 'que deberán dar salida a los residuos de 87 municipios, los de la Vall d’Albaida, La Costera, La Safor, La Canal de Navarrès y el Valle de Ayora-Cofrentes'. Precisamente ha tomado posesión como presidente del Consorcio de Residuos de esta zona el alcalde Xàtiva, Roger Cerdà. 'La conselleria no tiene un poder absoluto de decisión sobre la futura ubicación de los vertederos, que deberá negociarse en los consorcios', expone el responsable autonómico. Así pues, ahora se abre un periodo de decisión sobre el que apremia una realidad: 'la basura que se está generando en esta zona va a parar al vertedero de Fontcalent'. El año pasado, Ecologista en Acción denunció que está recibiendo el doble de la basura para la que fue diseñado en 2005. La organización ecologista calcula que, si no se toman medidas, se saturará en seis años. Y cada día que pasa sin que las administraciones decidan, el problema de la basura se agrava. 'Sabemos que habrá que negociar ubicaciones con urgencia, pues es evidente que esos vertederos hacen falta, pero el proceso es costoso y todavía se están constituyendo consorcios', aclara Álvaro. La decisión en estos órganos está dividida. Un 25% de representación corresponde a la Generalitat, un 15% a la Diputación y el 60% restante, a los ayuntamientos. Qué sucederá con el vertedero de Llanera es, por el momento, un verdedero misterio. Medio Ambiente es favorable a un 'redimensionamiento', al entender que el tamaño proyectado es excesivo. Pero ni si quiera está claro si se aplicará el deseado límite de capacidad de 50.000 toneladas por el que apuestan en la Generalitat. La Plataforma Contra el Macrovertedero aboga, directamente, por otro emplazamiento. Según su portavoz, Xavi Delgado, 'un informe del Politécnico determina que existen aguas subterráneas que podrían verse afectadas, además de un pozo de agua potable en la zona'.